sábado, 10 de julio de 2010

El slogan perdido


Recuerdo eslóganes de campañas electorales de algunos candidatos que contribuyeron eficazmente a su posicionamiento político; una muy antigua de Luis Bedoya Reyes que le dio la victoria en los comicios municipales de Lima, fue "Bedoya te llenara la olla" o "Bedoya, el alcalde que necesitamos" y logró su reelección voceando el slogan de "Bedoya esta trabajando, que no lo interrumpan" (no le vendría mal para algún alcalde que busca reelegirse).

Ricardo Belmont, actual congresista y ex alcalde de Lima, también elaboró frases bien estructuradas como "obras si, palabras no" o "el pueblo lo quiere" y fue reelecto al sillón municipal limeño sentenciando el coro de "Belmont no promete, cumple".

Es prácticamente nulo la utilización, por nuestros políticos, de un lema que contribuya a la victoria de una campaña electoral, generalmente los candidatos municipales y regionales no elaboran ni estructuran frases gramáticamente y políticamente efectivas. La elección de un buen slogan es una decisión importante que contribuye al posicionamiento de un aspirante a cargo público.

Los eslóganes son ideas motivadoras que sintetizan en pocas palabras la oferta (promesas) de campaña, una especie de cápsula que resume toda la ideología política, su repetición produce curiosidad y, por contagio, debe persuadir a corearlo aún por aquellos que no comparten con dicha la creencia o ideología, multiplicando así, a los propagandistas; prácticamente es una frase que convoca a la unidad.

Para que un lema de campaña capte la atención del elector, debe ser corto, simple, único, impactante, creíble, relevante y tiene la obligación de generar un impacto a nivel afectivo (emotivo) y de identificación con el votante.

Estas pequeñas frases deben ser como un “grito de guerra” que sirva para envalentonar y llamar la atención, que al ser voceado por los simpatizantes manifiesten compartir una creencia, un entusiasmo y deben reconocerse en dichas palabras, debe ser tan breve que, incluso, pueda ser utilizado desde los afiches, pintas, volantes hasta incluso en una tarjeta de presentación; desde las hojas membretadas hasta en los polos, gorros, lapiceros, llaveros etc. Y es que el slogan debe ser un recordatorio constante de lo que promete un candidato.

Algunos ejemplos: “Puno, porque te conozco, te quiero bien", "tu voto seguro, tu voto con futuro", “Ama a Puno vota por la honestidad”, “Un gran hombre para una gran región”, "terminaremos bien las obras que empezaron mal".
Espero que estas memorias ayuden a los nuevos candidatos regionales y municipales a diseñar un lema victorioso y no un slogan perdido.

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